Creo que una imagen vale más que mil palabras y esta creo que ilustra muy bien. Pongámonos en un caso imaginario: pensemos en el archiconocido arquitecto desarrollando el proyecto, las maquetas de trabajo serian extrañísimas, un cubo por aquí, una pelotilla de plastilina por allá y una cuña de madera por acá y listo tenemos el edificio. Luego vendrían los alzados, al menos los que publico AV parecían cualquier cosa menos un edificio....Y eso es lo maravilloso de este proyecto que creo que devuelve al estudio a sus mejores momentos de radicalidad, el aspecto de cacharro ajeno a temas más convencionales de composición, unidad de estilo, pieles y demás recursos utilizados para ganar esta clase de competiciones, esperanza cuando esperas más de lo mismo, su aparente sencillez en la lectura de edificio lo hace casi genial: el gran cubo con los espacios públicos y escenas y los graderíos adosados con distintas formas que como lapas pululan alrededor del cubo conformando además múltiples posibilidades de configuración interior.
Lo mejor es que parece una idea fácil, rápidamente entendible, como la de su proyecto para la famosísima biblioteca, pero esta vez parece que no quedara como un modelo teórico y radical y se insertara como un objeto extraño y artificial en las calles de Taipéi.
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