Noche en el museo


La inauguración de la nueva exposición en el MUSAC, trajo consigo aparte de una exposición interesantísima del movimiento Punk, una performance del artista Yorgos Sapountzis. El susodicho griego trabaja acerca de los límites entre el espacio público y el privado, algo muy interesante puesto que tales límites pueden parecer difusos, desde la arquitecturas corporativas hasta las más públicas. 

Los espacios "públicos" a los que me referiré están totalmente controlados por sistemas de seguridad de distinto tipo: cámaras, cuerpos de seguridad, e incluso plagados de curiosos sistemas: bancos partidos, piezas metálicas en determinados sitios proclives a sentarse o tumbarse.... Se establece entonces un nuevo tipo de espacio que solo permite unas determinadas normas dictadas por el organismo propietario: esto es evitar a toda costa todo tipo de indigencia, reunión, algarabía... todo además es fabulosamente modernísimo : véase el nuevo espacio público de las cuatro torrecitas en Madrid, o el complejo AZCA en la misma ciudad. Este tipo de lugares, engañosamente públicos, son como una gran discoteca donde el portero, en este caso el citado organismo, te dice que no puedes pasar con zapatillas o con boina y te saca literalmente de la cola. Probar a poneros a tomar el sol o dormir una siestecita en alguno de este tipo de espacios y os aseguro que en un par de minutos os están invitando a deponer vuestra hedonista actitud. 
  
Quizás haya sido el verme sumergido en la generación X en la exposición o ver simplemente al artista griego correteando en camiseta en la fría noche leonesa por una plaza abarrotada de curiosos lo que me haya llevado a pensar en estos espacios, limpios, pulcros y decentes. 

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